HERRAMIENTAS DE APOYO PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL

La expresión y el contacto visual juega un papel decisivo en
 la interacción social y, por lo tanto, en el desarrollo evolutivo 
y en el aprendizaje del sujeto. En los niños la deficiencia 
visual crea problemas de desarrollo que hace necesaria una
educación especial extensiva a todas las áreas.

  • Intervención temprana
  • Concepto de desarrollo
  • Métodos alternativos para la lectura, escritura y computación matemática
  • Entrenamiento sensorial
  • Socialización y habilidades lúdicas
  • Utilización de baja visión
  • Accesibilidad a las nuevas tecnologías
  • Orientación y entrenamiento de la movilidad
LECTO -ESCRITURA BRAILLE

El braille es un sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas ciegas. Se conoce también como cecografía. Fue ideado por el fránces Louis Braille a mediados del siglo XIX, que se quedó ciego debido a un accidente durante su niñez mientras jugaba en el taller de su padre. Cuando tenía 13 años, el director de la escuela de ciegos y sordos de París –donde estudiaba el joven Braille– le pidió que probara un sistema de lecto-escritura táctil inventado por un militar llamado Charles Barbier para transmitir órdenes a puestos de avanzada sin tener necesidad de delatar la posición durante las noches. Louis Braille descubrió al cabo de un tiempo que el sistema era válido y lo reinventó utilizando un sistema de ocho puntos. Al cabo de unos años lo simplificó dejándolo en el sistema universalmente conocido y adoptado de 6 puntos.
El braille resulta interesante también por tratarse de un sistema de numeración vinario que precedió a la aparición de la informatica

Desde 1825, año en el que Louis Braille ideó su sistema de puntos en relieve, las personas ciegas han contado con una herramienta válida y eficaz para leer, escribir, componer o dedicarse a la informática.




INTERVENCIÓN TEMPRANA

La atención temprana puede definirse como un conjunto de acciones que tienden a proporcionar al niño las experiencias que éste necesita para desarrollar al máximo sus potencialidades. La acuñación de este término es relativamente reciente y tiene un significado equivalente a otros ya caídos en desuso o que han logrado menor consenso como: estimulación precoz, estimulación temprana o intervención temprana.
En un primer momento, los programas de atención temprana se dirigían a niños de alto riesgo ambiental, niños sometidos a la influencia desfavorable del entorno al pertenecer a sectores marginados de la población; y, también, a aquellos otros con factores de riesgo biológico probable (niños prematuros, de bajo peso, etc.) o con un déficit establecido (parálisis cerebral, síndrome de Down, ceguera, etc.).
Hoy dentro del contexto de las definiciones acuñadas de “déficit”, “discapacidad” y “minusvalía”, los niños de alto riesgo social, en los cuales indudablemente pueden llegar a instaurarse una discapacidad, se tiende a que sean  incluidos en programas de prevención primaria dentro de una política general de protección a la infancia. Se considera la atención temprana como prevención secundaria, es decir, actúa una vez se detecta el déficit. Se incluye también aquí los niños de alto riesgo biológico.
Como afirma Candel (1993), el principal énfasis de la intervención temprana se puso, en un principio, en el tratamiento dirigido exclusivamente al niño. Por eso se insistió en que la intervención temprana consistía en un programa organizado de enriquecimiento, diseñado para proporcionar actividades adecuadas a los niños de riesgo o a los niños deficientes, cuyo desarrollo puede verse afectado por diversas causas. De ahí que la mayoría de los programas se destinaran a enseñar al niño habilidades nuevas, que en los primeros meses se centraban en un entrenamiento sensorio-motor.
Sin embargo, las nuevas aportaciones teóricas en que se apoya la aplicación práctica de los programas de atención temprana, ponen de relieve otros aspectos como son: el ajuste familiar, el apoyo social a la familia, el diseño del ambiente físico del hogar, los aspectos relacionados con la salud del niño, etc. De ahí que el tratamiento no pueda dirigirse tan sólo al niño, sino que las actuaciones deban ir destinadas al niño, a su familia y a la comunidad.
Se abandona por tanto el modelo clásico rehabilitador para adoptar uno nuevo, de corte psicopedagógico, en el que se trata al niño como una unidad global, con dificultades y potencialidades, siempre en interacción con el medio. La intervención tendrá un enfoque multidisciplinar, destacando el trabajo a realizar con los padres, tanto a nivel de porientación como de apoyo para poder interactuar mejor con su hijo. También en este contexto se incluirá el apoyo a su integración en la escuela, en el momento considerado más oportuno.
8.2. Aspectos a tratar en la atención temprana del niño ciego y deficiente visual.
Para poder llevar con eficacia una intervención sobre el desarrollo del niño ciego, además de tener unos conocimientos lo más amplios posibles del desarrollo evolutivo teórico que ha de seguir cualquier niño, es necesario conocer los efectos que la ausencia de visión produce en el desarrollo de las personas ciegas, que de algún modo lo hacen singular. Esto no quiere decir que el desarrollo de las personas ciegas no pueda sustentarse en las mismas teorías en que lo hace el desarrollo de las personas que ven, ni que no exista un cierto paralelismo en la mayoría de sus adquisiciones. Pero no podemos reducir la intervención con el niño ciego a la sustitución arbitraria de los estímulos visuales por cualquier otro, fundamentalmente oído y tacto.
La atención temprana debe abarcar todos los aspectos que están en la base del desarrollo normal de cualquier niño, con la particularidad de que la ceguera impone unas limitaciones específicas en determinadas áreas que le hacen adquirir unas características propias. Conviene recordar que la atención temprana se asienta sobre la base de la relación personal padres-hijo. En toda relación debe estar presente el reconocimiento mutuo, el respeto, el deseo de comunicación y encuentro, etc. Ello hace posible que la actuación con el niño no sea algo frío, rígido, sino que dota a la intervención con el niño de sentido y valores propios. Además, desde esta perspectiva es fácil comprender cómo cualquier actuación con el niño abarca diferentes aspectos y no se circunscribe a un único elemento o área de desarrollo. Así por ejemplo, ayudar al niño a localizar la procedencia de la palabra que oye, supone a la vez estar atendiendo al área perceptiva, fomentar pautas de exploración, reconocimiento corporal, reconocimiento de la voz de los padres, la vivencia de seguridad a través de dicha voz, etc.
Teniendo en cuenta lo anterior, nos parece que la atención temprana del niño ciego debe centrarse en los siguientes aspectos (Herranz y Rodríguez de la Rubia, 1987):
Maduración psicomotriz
Maduración perceptivo-cognitiva
Desarrollo del lenguaje y la comunicación
Actividades de la vida diaria y de autonomía personal
El juego
Todo ello teniendo en cuenta que lo que intentamos conseguir interviniendo en todas estas áreas es, además de la maduración del niño, una relación más positiva de los padres con él. 


CONCEPTOS DE MOVILIDAD Y ORIENTACIÓN;
Para entender este enfoque vamos a plantearnos breve mente el significado de los conceptos de movilidad y orientación.
La Organización Nacional de Ciegos de España propone (ONCE): “Término profusamente definido en el contexto de la rehabilitación de las personas ciegas y deficientes visuales. Entre las distintas definiciones del término encontradas en la bibliografía sobre la materia figuran: capacidad, disposición y facilidad para desplazarse de un lugar a otro; facultad de moverse dentro del propio entorno; conjunto de técnicas que se emplean para enseñar a una persona ciega a caminar en solitario, ya sea valiéndose de bastón o perro guía; habilidad para desplazarse desde la posición fija que se tiene en un momento, a una deseada, en otra parte del entorno; capacidad de la persona discapacitada para desplazarse con autonomía en su entorno, sirviéndose en caso necesario de una ayuda.”
Nos vamos a referir a la movilidad como “movimiento completo de una persona que involucra un cambio de ubicación espacial bajo control de esta en relación a otros objetos o referentes que permanecen en posiciones fijas o no”. Así, el movimiento que nos interesa, es el tratamiento del traslado independiente del sujeto, que involucra a la persona pudiendo hacer sus propios juicios y decisiones sobre moverse, cuándo y hacia dónde hacerlo. Esta elección personal también implica cómo va a hacerse el movimiento (caminando, corriendo…), el promedio del movimiento (velocidad), el medio para viajar y la ruta a tomar.
Obviamente el concepto de movilidad visto bajo este prisma se entenderá como in-disociable del concepto de orientación: “saber donde me sitúo” Estar “orientado” es tener el conocimiento de la posición física en relación a los objetos y otros lugares que se encuentren en el medio, usando puntos fijos que dan el conocimiento de “dónde estoy” aunque también se pueden usar puntos que se mueven en relación al sujeto.
La ONCE propone para el termino orientación: “Proceso por el cual la persona discapacitada visual utiliza los restantes sentidos para establecer su posición y su relación con respecto a los elementos del medio”. Complementado con el termino de orientación espacial como “Percepción de la posición relativa de los lugares y de las cosas en el espacio”.
La ONCE también determina el concepto del binomio orientación y movilidad: “Conjunto de técnicas que permiten el desplazamiento autónomo de las personas ciegas. Se trata de un concepto muy importante en este contexto, que tiene ya un corpus de conocimientos científicos amplios y una metodología de actuación práctica bien desarrollada”.
Estos conceptos así vistos nos permiten entender la importancia y el sentido que toman los conceptos de orientación y movilidad para las personas ciegas y nos podemos plantear las dificultades asociadas a todo tipo de actividad que requiera un desplazamiento independiente y voluntario. Además de los riesgos físicos (de caídas, choques…) y psicológicos (stress, miedo, sentimiento de impotencia…) existen todo tipo de problemas dificultando la movilidad independiente de estas personas. Afortunadamente, hoy en día, tenemos recursos permitiendo soluciones cada vez mas adaptadas.
Para no alargar una lista no exhaustiva, podemos resumir diciendo que las dificultades y las soluciones van a depender por mucho del mismo sujeto (edad, estado físico, psicológico, discapacidades añadidas, habilidades ya adquiridas etc.) y, por supuesto, del contexto socio-cultural en el que se encuentra.
La aplicación de un programa de orientación y movilidad a una persona ciega obedecerá a la evaluación inicial del sujeto y se irá ajustando a las necesidades cambiantes del mismo
OBJETIVOS: GENERAL Y ESPECÍFICOS.
De manera general podemos decir que es el nivel de autonomía de la persona ciega que va a marcar los objetivos y las expectativas de tal programa, teniendo en cuenta que el mayor objetivo es lograr un aumento de su autonomía para orientarse y trasladarse, tanto en medios conocidos como desconocidos.
Otros objetivos son más específicos como:
• Tomar consciencia de su cuerpo, de los sentidos, oído, olfato, tacto, además de la auto percepción, el sentido kinestésico y la visualización con el fin de obtener mayor información y analizarla en concurrencia con el entorno.
• Desarrollar conceptos espaciales y conocimientos-organización del espacio (posición, ubicación, dirección y distancia …).
• Relacionar objetos con el medio ambiente, aprendizaje de movimientos independientes (posturas adecuadas al desplazarse, andar, gatear, caminar…).
• Conseguir localizar cosas y lugares de forma eficiente.
• Familiarizarse con distintos medios (calles, caminos de campo, lugares cerrados etc.) e identificar objetos, medios de transporte u otros y .
• Controlar otros conceptos de tiempo como horarios, días, meses, etc.
• Saber pedir ayuda y hacer preguntas eficaces.
• Conozca e utilice adecuadamente las técnicas y los apoyos a la movilidad.
• Aumentar la confianza en si mismo y sus capacidades…
Como ya dicho, todos estos objetivos se evaluaran según las necesidades, aptitudes y habilidades de la persona con discapacidad visual grave.
INSTRUCCIÓN AL SUJETO DE TÉCNICAS ANTES DEL USO DEL BASTON;
La instrucción preliminar tendrá como objetivo el entrenamiento a la movilidad. Empezaremos por cerciorarnos de que el sujeto ha adquirido los conceptos y habilidades necesarios de orientación y movilidad.
Seguidamente la instrucción tendrá como objetivo las técnicas de movilidad sin ayuda que introducen al uso del bastón blanco. Aquí vamos a describir algunas de estas técnicas más conocidas y utilizadas.
Técnica de rastreo
También se la conoce como técnica de seguimiento al tacto, técnica de deslizamiento con la mano o técnica de arrastre. Por lo general es la primera que se enseña en un proceso de entrenamiento. Permite a la persona desplazarse siguiendo una línea de referencia (como una pared o una mesa). Consiste en llevar el brazo más cercano a la línea guía unos 30 cm. por delante del cuerpo, a la altura de la cadera de modo que el dorso de la mano roce la pared u otra referencia. Los dedos deben estar semiflexionados a fin de evitar golpes o lastimaduras.
Con esta técnica puede invitarse al sujeto a reconocer un lugar interior (como puede ser el centro de rehabilitación). En un principio deberá usarla casi permanentemente para luego hacerlo sólo cuando lo necesite. Es importante enfatizar que esta técnica se usa en interiores ya que es frecuente que las personas quieran utilizarla en la calle donde está contraindicada.
Técnicas de protección personal
Se utilizan en interiores (tanto conocidos como desconocidos) con el fin de detectar obstáculos. Son la técnica de protección alta y la técnica de protección baja. La primera consiste en llevar el antebrazo formando ángulo recto con el brazo, a la altura del pecho. La segunda consiste en llevar el brazo extendido hacia delante cruzando el cuerpo, con la palma hacia el cuerpo y el dorso hacia delante. También se la conoce como técnica de brazo cruzando el cuerpo.
Estas técnicas deben indicarse para lugares interiores donde se presuma la presencia de obstáculos y se seleccionará una de las dos, o ambas combinadas según la característica de los mismos. Puede ocurrir también que sea útil combinar una de estas técnicas con la de rastreo.
Es muy importante que la persona sepa que estas técnicas tienen un alcance limitado ya que no detectarán obstáculos muy bajos (como una mesita ratona) o muy altos (como objetos colgantes). En casos donde se sepa o se presuma que hay objetos a la altura de la cabeza (como por ejemplo en un negocio de venta de artículos de iluminación) es recomendable protegerse con la mano en alto.
Técnica de localización de objetos caídos
Es muy importante su enseñanza tanto en personas con ceguera congénita como adquirida. En primer lugar se le recomendará al alumno que espere a que el objeto "termine de caer" o se detenga en caso de rodar, agudizando el oído para intentar detectar el sitio aproximado en donde se detuvo y acercarse a él. Es común, sobre todo en personas con ceguera reciente, que ante la caída de un objeto realicen movimientos bruscos, golpeándose con mesas o sillas con el consiguiente daño físico y moral. Por eso es necesario prevenirlos y anticipar posibles situaciones de riesgo. La forma correcta de buscar un objeto es agacharse con la espalda recta y con la mano protegiendo la cabeza. Una vez en el piso, realizar movimientos exploratorios concéntricos, con ambas manos, comenzando por la zona más cercana al cuerpo para luego alejarse. Algunas personas prefieren realizar movimientos laterales con ambas manos procurando que cada movimiento cubra más superficie que el anterior.
Utilización de puntos y pistas de referencia
Su localización y uso adecuado se entrena desde el comienzo de un proceso de enseñanza en Orientación y Movilidad. En un comienzo se aprovechará la circunstancia del reconocimiento del lugar de rehabilitación , escuela o servicio para dar a conocer y reconocer puntos y pistas. Es importante recalcar el carácter de posición exacta de los puntos (como el marco de una puerta) y la información menos precisa de una pista (como el olor del baño).
Una vez que se haya trabajado con abundantes ejemplos se estimulará al sujeto a buscar ante un recorrido determinado (tanto interior como exterior) puntos y pistas que favorezcan su deambulación y a reconocerlos al repetir el trayecto.
Algunos apoyos para las técnicas de orientación pueden ser de gran utilidad para orientarse y desplazarse como por ejemplo el mapa de movilidad: Representación gráfica en dos dimensiones y en relieve de un edificio público, un área urbana o una red de transportes públicos, ideada al objeto de facilitar el desplazamiento independiente de las personas ciegas y deficientes visuales. O un punto de información de estímulo auditivo, táctil, olfativo que pueda dar al sujeto información útil.
Después de haber trabajado estas técnicas de orientación y movilidad podremos introducir las técnicas que permiten el uso del bastón como apoyo técnico a la movilidad de estas personas con discapacidad visual grave.
TÉCNICAS DE MOVILIDAD CON BASTON BLANCO.
Aunque desde la antigüedad las personas ciegas han empleado algún tipo de palo de madera como sostén e identificación, el moderno bastón blanco data de los años 30 cuando se promulgaron las leyes civiles del "bastón blanco", y de los años 40 cuando se desarrollaron las técnicas fundamentales para la movilidad de los veteranos cegados durante la Segunda Guerra Mundial. En este medio siglo, el bastón blanco se ha convertido en un indicador de ceguera o de severo impedimento visual. Mediante el apoyo y las innovaciones de pioneros como Hoover, Bledsoe y Carroll, las técnicas de orientación y movilidad para los ciegos constituyen una disciplina enseñada por profesionales especializados en este campo.
El bastón
Lo conocemos como bastón largo, o de Hoover, o de movilidad. Generalmente se fabrica con tubos de aluminio hueco recubierto con material plástico. En el extremo inferior tiene una puntera metálica recambiable y en el superior una empuñadura que idealmente debe ser de goma para facilitar la toma. Puede ser rígido o plegable. Este último modelo trae en su interior un elástico grueso que posibilita su plegado generalmente en cuatro tramos. Con respecto a las ventajas y desventajas de uno y otro modelo podemos decir que el rígido es más durable y transmite mejor las sensaciones táctiles mientras que el plegable se destaca por su portabilidad siendo ideal para quien no necesita usarlo de forma permanente (por ejemplo quien posee ceguera nocturna).
En cuanto a la medida, debe llegar hasta la apófisis xifoides del esternón, siendo las medidas más comunes 1.05; 1.10; 1.15 y 1.20 metros. Es muy importante respetar la altura apropiada para cada persona ya que un bastón muy corto no permitirá anticipar lo suficiente los obstáculos u obligará a posturas incorrectas con el consiguiente perjuicio físico mientras que un bastón muy largo resultará incómodo y tampoco permitirá la toma correcta.
Las técnicas de uso
El entrenamiento en el uso del bastón largo debe ser progresivo, continuado y lo suficientemente prolongado como para cerciorarnos de que la persona lo utiliza en forma adecuada y segura. Existen varia técnicas de uso especifico del bastón durante el desplazamiento, veremos las siguientes: técnica diagonal, técnica base, técnica de tres puntos, técnica de contacto constante.
Técnica diagonal
Es la que se utiliza para deambular en interiores conocidos o desconocidos de poco riesgo ya que esta técnica no protege ante cualquier obstáculo. Consiste en colocar el bastón en forma diagonal al suelo y en un plano inclinado con respecto al frontal, delante del cuerpo a modo de parachoques y no de explorador. Se toma colocando la parte interna de la muñeca hacia abajo, con el dedo índice extendido y colocando el bastón a unos 30º del cuerpo de manera que la punta quede (sin tocar el suelo) delante del pie del lado contrario al que sostiene el bastón.
Técnica de arco o técnica básica.
Técnica de bastón introducida por el oftalmólogo Dr. Hoover durante la segunda guerra mundial. Consiste en mover generalmente el bastón de derecha a izquierda, en contraposición al movimiento de los pies, de forma que la persona ciega puede tocar oportunamente con su bastón lo que encuentre a su paso
Técnica de contacto constante.
Técnica de movilidad variante de la técnica base. Los procedimientos a seguir difieren únicamente en que el bastón no se eleva del suelo en ningún punto del arco que recorre.
Técnica de tres puntos.
Técnica de uso del bastón largo variante de la técnica básica que se emplea, por ejemplo, para seguir una pared hasta localizar el portal de acceso al edificio de destino.
Para un correcto uso del bastón es importante que (información de Fabiana Moon):
• La toma se efectúe de forma correcta, es decir con la muñeca apoyada en el centro del cuerpo, el dedo índice en extensión (a fin de posibilitar una buena percepción táctil e imprimirle direccionalidad al movimiento), ubicando el bastón extendido hacia delante de modo que la punta quede delante del pie que comenzará la marcha.
• La posición del brazo sea la adecuada, es decir que esté con el hombro relajado en posición primaria (sin que se extienda hacia delante ni hacia atrás, ni esté elevado ni caído), el brazo al costado y el antebrazo apoyado delante del cuerpo formando un ángulo de 90º con respecto al brazo de forma de posibilitar la correcta toma.
• El movimiento de la muñeca se realice en forma recta de derecha a izquierda evitando movimientos circulares que imprimirían al bastón una dirección incorrecta.
• El arco sea el adecuado, es decir levemente más ancho que el ancho del cuerpo de modo que al moverse el bastón anticipe en forma efectiva el sitio en que la persona va a pisar. El bastón debe tocar el suelo en los extremos derecho e izquierdo del arco levantándose levemente del piso (en el caso de la técnica de dos puntos) o deslizándose (en el caso de la técnica de contacto constante).
• El ritmo se realice de modo que el bastón toque el suelo del lado derecho mientras que el pie izquierdo se adelanta y viceversa.
Sólo si se tienen en cuenta todos estos aspectos a la hora de enseñar la técnica, la marcha será cómoda y segura. Es importante corregir errores de entrada ya que si se automatiza el movimiento de forma incorrecta provocará vicios posturales que repercutirán negativamente en la salud física de la persona y en su deambular. Ahora bien, en las personas adultas, suele ocurrir que cuando se inicia la enseñanza de la técnica rítmica se evidencien problemas que quizás hayan paso desapercibidos anteriormente como por ejemplo, imposibilidad de caminar en línea recta, falta de equilibrio, giros incorrectos, etc.
Es importante investigar si son la lógica y pasajera consecuencia de la falta de visión, en cuyo caso revertirán con simples ejercicios o si se trata de problemas neurológicos en donde se deberá hacer las conductas médicas correspondientes siendo la intervención de un kinesiólogo o psicomotricista de mucha ayuda.

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